La historia del Síndrome de la Mujer Perfecta
Cuando me casé me prometí ser la esposa perfecta. Me levantaba temprano, iba al gym, hacia el desayuno, iba al trabajo y daba mi máximo esfuerzo allí. Volvía a casa corriendo, para arreglar algunas cosas y preparar algo rico para la cena. Tenía que preparar el mejor platillo. Disfrutaba la cena con mi esposo. Terminaba…