El día 8 de marzo se conmemora el día Internacional de la Mujer. En este día se da un reconocimiento a la lucha que ha sostenido la mujer por ser parte de una sociedad igualitaria, donde se le reconozcan los mismos derechos a la mujer y al hombre.
Recordemos que hasta hace poco la mujer no tenía derecho al voto, recién en 1948, las Naciones Unidas reconoció el derecho de la mujer a votar. Este solo dato pone en evidencia la posición disminuida que tenía la mujer en la sociedad. Poco a poco la mujer ha ido ganando presencia en el ámbito social, laboral y académico.
La violencia y la mujer
Actualmente, la mujer se enfrenta a grandes desafíos para poder lidiar con su rol de maternidad y seguir laborando. Es necesario que la sociedad en conjunto pueda brindar mayor soporte a las madres trabajadoras con hijos pequeños. Se sabe que la primera infancia es clave para que el niño(a) pueda tener un armonioso desarrollo afectivo, y éste a su vez es el motor para que el niño(a) adquiera conductas sociales, capacidades cognitivas, etc.
Los casos de violencia van en aumento en nuestro país. Evidentemente los agresores no gozan de una buena salud mental. Es muy probable que la infancia de estos agresores haya sido muy precaria tanto afectivamente como materialmente. Es decir, no han tenido un adecuado soporte emocional ni recursos económicos. Y esta responsabilidad ¿de quién es? Pues de la sociedad en conjunto. Si tenemos madres solteras, que han quedado como únicas responsables de la crianza de los hijos, es evidente que los niños no crecerán armoniosamente.
El Censo Nacional 2017 registró 11 millones 889 mil 721 mujeres de 12 y más años de edad, el 66.9% son madres (7 millones 957 mil 361 mujeres). De este total, 901 mil 847 son madres solteras, es decir, 11 de cada 100 son madres solteras.
Las madres solteras que no cuentan con un adecuado soporte emocional y económico para criar a sus hijos enfrentan un continuo malestar emocional que está asociado con las preocupaciones cotidianas como falta de dinero, violencia intrafamiliar, vivencia de experiencias traumáticas de violencia y abuso sexual presentes o pasadas. Es clave que se atienda la salud mental de las madres, sobretodo de aquellas que son más vulnerables y que han quedado solas en la crianza de los hijos.
Los tiempos violentos que vivimos nos hacen cuestionar qué nos está pasando como sociedad. La existencia de muchas familias vulnerables donde los hijos viven precariedad afectiva y económica puede ser una explicación de la pobre salud mental y el incremento de la violencia.
Un camino de unidad
Para hacerle frente a la violencia, ayudaría mucho juntarnos en vez de separarnos. No busquemos el distanciamiento entre el hombre y la mujer, somos biológicamente diferentes, y esto hace que haya diferencias naturales. No significa que el hombre sea mejor que la mujer, ni que la mujer sea mejor que el hombre. Estar buscando la supremacía de un género sobre el otro, sólo nos distanciará más y alimentará el odio y rencor. En cambio, el amor une y construye; y lo que necesitamos como sociedad es unirnos, tender puentes y ver cómo enfrentar juntos el flagelo de la violencia y cómo apoyar a las familias vulnerables.
Si necesitas ayuda, puedes contactar a nuestra especialista, la psicóloga Gabriela Medina, o cualquier otro miembro de nuestro staff en PlenaMente, para ayudarte y guiarte en el proceso para que puedas tener una vida más tranquila y descansada.
También puedes contactarnos a través de los números telefónicos (01) 6549969 y 938 134 801 o por nuestras cuentas en Facebook, Twitter, Linkedin e Instagram.
Con gusto atenderemos todas tus dudas e inquietudes.