Muchas veces equiparamos los términos de éxito o felicidad. Pero ¿realmente significan lo mismo?
A continuación te vamos a presentar de manera sencilla, la diferencia entre el éxito y la felicidad.
Muchas veces nos imponemos metas y objetivos en la vida con la esperanza de que al conseguirlos aparezca esa tan deseada sensación de satisfacción por completar objetivos.
La mayoría de veces condicionamos nuestra felicidad a un éxito externo, que se da el caso donde ni siquiera depende al 100% de nosotros. Y es por eso que si no llegamos a conseguirlo nos vemos frustrados, infelices e insatisfechos… extrapolamos ese pequeño fracaso al resto de ámbitos de nuestra vida, y contaminamos todo nuestro día a día con la sensación de derrota e infelicidad.
El otro aspecto es que finalmente consigamos después de sacrificio y esfuerzo la tan deseada meta, pero sorprendentemente no encontramos esa sensación de plenitud y felicidad (o si la encontramos es algo pasajero), con lo que buscaremos un nuevo objetivo, entrando así en la dinámica tan actual de “siempre más” y “nunca es suficiente”.
La felicidad sí esta en nuestra mano y depende de nosotros mismos, es algo totalmente interno. Hay que tomarse un momento en la vida para pararte y pensar, a separarnos de todo lo que nos condiciona y que tomamos del entorno, y busquemos de manera más profunda para descubrir que esta sensación de bienestar la podemos lograr día a día, hagamos lo que hagamos, e independientemente de lo que logremos a ojos externos.
Se trata de poner como propia meta la felicidad, no la perfección, pues ésta es algo imposible de alcanzar y que aún a pesar de ello nos lanza hacia la autocrítica y la exigencia constantemente. Parece algo abstracto y difícil de llevar a la práctica, pero es tan sencillo como orientarnos en el presente, donde podemos actuar, y no tanto en un futuro que no podemos ni conocer ni controlar, o en un pasado que es inmodificable.
¿Qué puedo hacer para fomentar este sentimiento de bienestar?
Un consejo importante es que te puedas permitir el error y el fracaso.
Tenemos la fortaleza de asumir, aceptar e interiorizar nuestros fracasos para aprender de ellos. Somos capaces de persistir y superar las adversidades, cargándonos así de autoconfianza. De los errores salen las mejores ideas… ¿y qué somos nosotros sino un error afortunado de la naturaleza? No se trata de dejar de errar, sino de fracasar mejor.
Perdonar
Debemos saber perdonar y perdonarnos, haciendo las paces con las heridas del pasado.
Compartir
Pues lo que no se comparte no evoluciona ni crece. Todos los sentimientos positivos que sean compartidos se hacen mayores y se contagian, y las emociones negativas pierden su intensidad al salir a través de la palabra.
Optimismo e ilusión
Está comprobado que la manera en que hagamos frente a la vida influye en gran manera en la salud. Solo con pensar en lo negativo y preocuparnos hacemos que todo el cuerpo responda como si fuera real, pues la mente no discrimina ni hace distinción, todo pensamiento lo trata de igual forma (sea real o imaginario).
Si quieres vivir una vida con mayor felicidad, conociendo tus capacidades y lo que puedes lograr, contáctanos a través de los números telefónicos (01) 6549969 y 938 134 801 o por nuestras cuentas en Facebook, Twitter, Linkedin e Instagram.